Horror
21 to 35 years old
2000 to 5000 words
Spanish
Story Content
Un año había transcurrido desde que Jenny, la coleccionista, había sido encerrada en un balón por sus propias figuras de acción. El silencio reinaba en la habitación, interrumpido solo por los ocasionales sollozos ahogados de la prisionera.
Aunque las figuras de acción habían afirmado no sentir aburrimiento, la realidad era que las constantes súplicas y lamentos de Jenny comenzaban a desgastar su paciencia.
"¿No se cansa de lloriquear?", preguntó Kelly Kelly, la figura de acción de la luchadora rubia, mirando el balón de color canela que contenía a Jenny.
"Si la dejamos aquí para siempre, nos volverá locas", respondió Melina, la figura de acción de cabello oscuro y atuendo felino. "Tenemos que hacer algo con ella."
La idea de la 'algo' comenzó a tomar forma. "¿Y si la vendiéramos?", sugirió Trish Stratus, la figura de acción de la luchadora de cabello rubio.
La idea sorprendió a las demás. "¿Venderla? ¿A quién le venderíamos una... persona en un balón?", preguntó Velvet Sky, la figura de acción de la luchadora con mechas rubias.
"A alguien que le guste jugar con muñecas, obviamente", respondió Trish con un tono sarcástico.
Las figuras de acción se pusieron en marcha. Primero, liberaron a Jenny de su prisión de látex, deshaciendo el nudo con cuidado.
Jenny cayó al suelo, aturdida y confusa. "¿Qué están haciendo?", preguntó con voz temblorosa.
Las figuras de acción no respondieron. En lugar de eso, la levantaron y comenzaron a prepararla. La peinaron, intentando alisar su cabello despeinado.
Luego, le pusieron un vestido. Un vestido floreado que Jenny solía usar para ir al supermercado. "Este le favorece", comentó Kelly.
Melina tomó el celular de Jenny, que ahora, dada su nueva estatura, le parecía un objeto gigantesco.
"Sonrían", dijo Melina, y tomó varias fotografías de Jenny, quien miraba a la cámara con una mezcla de miedo y desesperación.
Las fotografías fueron publicadas en un sitio de ventas en línea. El anuncio era simple: "Muñeca Usada. Necesita Nuevo Hogar."
No pasó mucho tiempo antes de que llegara una oferta. Una madre buscando un regalo especial para su hija.
"Tenemos una compradora", anunció Velvet.
Las figuras de acción encontraron una página web que permitía crear cajas personalizadas para muñecas. Diseñaron una caja con el nombre 'Jenny' escrito en letras rosas.
Dentro de la caja, ataron a Jenny con cintas de seda. "Por favor, no hagan esto", suplicó Jenny, las lágrimas corriendo por sus mejillas.
"Estas son las reglas ahora", dijo Trish con frialdad. "No puedes moverte ni hablar en presencia de humanos."
"¡Pero ustedes lo están haciendo!", exclamó Jenny.
"Nosotras podemos movernos cuando los humanos no nos ven, cuando están dormidos o no están presentes", explicó Melina. "Cuando despertaste y nos viste, ya estabas en proceso de ser convertida en muñeca. La regla no aplicaba para ti."
"Nos hemos comunicado con las muñecas de la niña que te recibirá", añadió Kelly. "Si intentas escapar, no te lo pondrán fácil."
La caja fue sellada y enviada a su nuevo hogar.
Al despertar, Jenny se encontró en la habitación de una niña pequeña, rodeada de muñecas de plástico sonrientes.
Sus ojos, grandes y brillantes, la observaban con una intensidad que la helaba hasta los huesos. Su nuevo destino como una muñeca de tamaño humano había comenzado.
Desde entonces su vida cambio a la de una muñeca la cual debía soportar a una niña la cual constantemente hacia cosas sin consideración como pintarle la cara, mojarla con agua o incluso cambiarle la ropa y no importaba sus protestas, nadie la escuchaba hasta que caía la noche.
Cuando la pequeña caía dormida el resto de las muñecas de la habitación se burlaban de su suerte al menos hasta que alguna decidia que era mejor amedrentarla con lo que harían para que ni pensara en escapar y todas la golpeaban hasta el amanecer donde nuevamente se hacia la dormida frente la pequeña.
Sin esperanza alguna veía como día tras día era humillada tanto física como mentalmente siendo utilizada por ambas amos la real y la que veía tras cerrar la puerta hasta que eventualmente se convenció de que ella ya no era una persona solo un juguete hasta que murió la niña sin poder decir ni una palabra al menos no para volver a ser libre nuevamente.